El gran inquisidor

En “El gran inquisidor”, Dostoievski relata a través de la voz de Iván,
el hermano escéptico de los Karamazov, una historia fantástica en la
cual, a partir de la promesa que realizó Jesucristo de volver a la
Tierra (Juan 14: 1- 3, Apocalipsis 1: 7) realiza un encuentro bastante
peculiar entre Cristo y una de las cabezas de la Iglesia católica del
siglo XVI, más concretamente el cardenal inquisidor de Sevilla.
Esta
elección debe ser subrayada, y es que hay que tener en cuenta el poder e
influencia que dentro de la Iglesia Católica del S. XVI tendría el
cardenal de Sevilla, por tratarse esta ciudad en uno de los centros
comerciales y por tanto políticos del Occidente cristiano de aquella
época al ser entrada de la mayor parte de las mercancías que procedían
del continente americano y por ser el imperio al que pertenecía la
ciudad (España) la potencia política, económica y militar preponderante
en aquella época.
Por lo tanto, podemos vislumbrar que posiblemente
Dostoievski pretendió, a través de la elección de una alta jerarquía de
la iglesia, reflejar que la postura que queda plasmada en la figura del
inquisidor no es una postura marginal, o aislada, sino auspiciada desde
el alto clero, y es que, a través del monólogo que realiza el
nonagenario inquisidor ante la presencia de Cristo, Dostoievski vierte
sus ideas posiblemente anticlericales que se cebaban especialmente
contra la Iglesia católica, y es que en algunos círculos ésta se erigía
como representante de un sistema inmovilista, conservador e incluso tal
vez feudal.
Esta visión de una Iglesia católica feudal, no debería
ser poco frecuente en el entorno en el que se desarrolló Dostoievski, y
es que, en la Rusia del S. XIX numerosos círculos alentaban esta
postura: por una parte la iglesia ortodoxa, religión mayoritaria en
Rusia, y por otra parte de ciertos movimientos revolucionarios
socialistas que aparecieron en la Rusia del S. XIX, y que después
“evolucionarían” hasta el comunismo, movimientos revolucionarios a los
cuales Fiodor Dostoievski no permaneció ajeno participando en el círculo
clandestino de Petrashevski, donde estudia las ideas del socialismo
utópico y por cuya simpatía y afiliación será arrestado y encerrado.
Bajo mi punto de vista, el relato constituye una férrea crítica
anticlerical, concretándose contra el clero de la Iglesia católica, en
tanto en cuanto el inquisidor es católico y el autor arremete contra una
orden católica (La compañía de Jesús) en varias ocasiones. El relato
esboza a un cardenal como representante del clero católico, o si se
prefiere, del alto clero, que se presenta con bastantes similitudes con
el Superhombre de Nietzsche, un cardenal dispuesto a inmolar en
holocausto a Cristo, el cual ha vuelto a la tierra para “visitar a sus
hijos por un momento”.
Un cardenal que sabe con certeza que se trata
de Cristo, pues presencia una “demostración” (un milagro) al ver como
ese Cristo resucita a una niña de apenas siete años, hija de un ilustre
ciudadano y cuyo cuerpo estaba siendo transportado en un féretro para
ser enterrado. También queda reflejada la certeza de que no se trata de
una demencia del anciano cardenal en la respuesta de “sé demasiado lo
que dirías” a la pregunta efectuada por él mismo de “¿Eres tú?”. Así
mismo se puede interpretar como un guiño a que efectivamente se trata de
Cristo en el hecho de que, a tenor de que el reo permanece callado,
Iván (el personaje de los hermanos Karamazov que relata el cuento) dice
que calla “como debe ser en todos los casos”. En este punto, se puede
establecer un paralelismo con la otra vez que Cristo fue juzgado ante
Herodes y los representantes políticos del pueblo judío y en la cual
también permanece callado, tal y como se puede constatar en Lucas 23,
9.
Este cardenal Señor con ciertas trazas del Superhombre de
Nietzsche, que llega a compararse con la deidad misma al afirmar que él,
al igual que hicieron Cristo cuando fue tentado por el diablo y los
profetas, estuvo en el desierto nutriéndose de langostas y raíces. Se
presenta como un cardenal que ha dejado de creer en la conveniencia de
lo que predicó Cristo para la mayoría de los hombres de a pie, ya que
según él, esa doctrina no puede ser asumida por seres tan débiles como
son los seres humanos, o por lo menos la mayoría de ellos.
El
inquisidor sostiene que el hombre, ante todo, busca un ser ante el que
inclinarse, un ser ante el que confiar su conciencia y la manera en que
todos se unan, y esas aspiraciones son incompatibles con las tres
tentaciones que rechazó Cristo cuando fue inducido por el diablo: el
transformar las piedras en panes para que la humanidad se postrase ante
él, el tirarse para demostrarse a sí mismo que era el hijo de Dios y por
último el aceptar los reinos de la tierra para así obtener el poder
político, poder político que proporcionaría a la humanidad la tan
ansiada unidad.
Posiblemente en esta cuestión, la contraposición
entre por aquello por lo que aboga Cristo, y lo que aboga la Iglesia
representado por el cardenal inquisidor radique la principal
reivindicación del autor, y es que, realiza una afrenta a la Iglesia y
en absoluto a Cristo o a su mensaje.
Tal vez la tesis principal de
Dostoievski sea la de un retorno al evangelio, tal como ya habían
propugnado los cátaros extramuros de la Iglesia o Francisco de Asís
intramuros, a lo que, en definitiva, constituye realmente la raíz del
cristianismo más allá del poder político que la Iglesia pueda ejercer a
través de la ciudad del Vaticano, el Estado de la Iglesia en la tierra.
Esa es una de las principales reivindicaciones de Dostoievski en el
cuento, la destrucción del señorío eclesiástico y la vuelta a lo que
predicó Jesús.
El otro punto principal del discurso que Dostoievski
hace a través de todo el cuento que relata Iván, que ya he ido
comentando de forma algo dispersa a lo largo de mi ensayo y que ahora
quiero condensar, es el de la existencia de dos bloques diferenciados:
por un lado el de los señores, representado por el clero y por el otro
el de los esclavos, la gente débil, en definitiva la del rebaño a
pastorear y al cual, por su debilidad hay que edulcorarles la realidad
para que de ese modo puedan llegar a ser felices.
Esa edulcoración
conlleva que los elegidos, esos mártires torturados por un noble
sufrimiento y lleno de amor a la humanidad, carguen con la mentira que
supone hacerles ver a los hombres que ellos (el clero y la iglesia)
obedecen a Cristo y les dominan en nombre de Cristo, cuando en realidad
es falso. De este modo, Dostoievski continúa con la crítica a los
estamentos de la iglesia al decir que no actúan de acuerdo a lo que
Jesús predicó, sino que además actúan de acuerdo al anticristo desde el
momento que aceptaron el poder político que conllevaba la constitución
del estado Vaticano.
Queda patente también en esta postura tomada
por el inquisidor la falta de fe que tiene en la humanidad, o en su
grueso, la cual sería incapaz de sobrevivir y ser feliz con libertad,
pues según el inquisidor, el pan material, esto es, el bienestar
material es incompatible con la libertad. Llega a rebajar la dignidad
del ser humano hasta el punto de compararlos con niños amotinados en una
clase, y en contraposición al mensaje de Cristo, el cual por un lado
reflejaba su gran fe por la humanidad y sus aptitudes, y por el otro,
tenía un carácter universal, en el sentido de que iba dirigido a toda la
humanidad, independientemente de sus condiciones y aptitudes,
independientemente de que sea débiles o no.
En este sentido el
inquisidor establece de antemano que el mensaje no puede ser asumido por
los hombres por su debilidad, no son dignos de él, no los considera lo
suficientemente capaces para asumirlo.
En definitiva, podemos
concluir que Dostoievski critica a una Iglesia que no cree
verdaderamente en el mensaje de Cristo, que dice defenderlo de una
manera hipócrita para procurar una felicidad superflua y mundana en el
individuo de a pie, y todo esto, debido a una falta de fe en las
aptitudes de los hombres en general y más concretamente en la capacidad
de las personas de poder ser felices con una total libertad de
conciencia para creer de acuerdo al libre albedrío de cada uno, donde
realmente radica el valor de la creencia y la fe, tal y como predicó
Jesús.
Presenta una Iglesia que, aunque se le puede encontrar cierto
punto de piedad y amor por la humanidad, es contraria a aquello a lo
que dice defender: el mensaje de Cristo. Es hasta tal punto las
pretensiones de la Iglesia antagónicas al mensaje de Cristo, que
consideran la presencia de él, no solo un estorbo, sino un peligro.
romi
18 comentarios:
Muy interesante Romi, lo leeré tranquilo.
Besos niña
Omar Suarez
FANTASTICA reseña. Fantastica.
Esta fue mi primer GRAN LECTURA.
Tanto me marco, que de grande escribi "El gran inquisidor" (salvando las distancias) donde Cristo era el General Perón, y el inquisidor era "Séptimus Cavallus" (Domingo Cavallo).
Que lío armaron los comentaristas!!
(Ahora voy y lo repongo)
Un abrazo.
Una gran reseña de una obra formidable, Romi.
Imposible que quién la lea no se sienta empujado a leerla.
Gran trabajo.
Dostoieski fue uno de los grandes de la literatura rusa y su ultima novela "Los hermanos Karamazov", de donde se desprende el capitulo que tu mencionas, es una joya literaria. Yo la supe leer cuando era yo estudiante de filosofia (hace muchos anios por cierto) pero me marco su manera de descripcion del ser humano.
Muy buena resenia, bravo
jca
Saludos cordiales desde Ecuador, felicitándote por tu post, muy bueno.
Osmar gracias pore tu comentario, buena semana
Cariños
Gaucho me imagino, te pareces aun amigo que escribió su versión de la Odisea media alocada y armó un gran revuelo, paso por tu blog a leerlo.
Cariños, buena semana
HOla Pedro S, Negreira, gracias es un gran libro, dan ganas de leerlo de nuevo.
Cariños
Oz, ya pasaré por tu blog a leer tis post, muchas gracias por tu visita.
Cariños
Hola Juan Carlos, em alegro que te haya traido recuerdos lindos, gracias por tu comentario
Besos
Boris, graciasss por tu visita, un gusto leerte, saludos a Ecuador.
Cariños
UNA GRAN ENTRADA SOBRE ESTE CLASICO, GRAN AUTOR. NO LO HE LEÍDO, ME QUEDA PENDIENTE PORQUE LOS GRANDES ESCRITORES SON MIS PREFERIDOS.
UN BESO GRANDE.
fenomenal reseña, pues atreverse hoy con Dostoievski tiene gran mérito.
saludos blogueros
Hola mi amiga ,
espero estes bien!!
Siempre un placer mirar tus entradas tan interesantes y originales.Me encanta muchooooooo.besitos.
Hola Luján, leelo es muy interesante, gracias por tu visita.
Buen finde, besos
José Antonio gracias, Dostoievski me encanta, me alegro que le haya gustado, buen fin de semana.
Cariños
Duendes, gracias a vos, buen finde.
Besos
Hola Romi, he leído varias cosas de Dostoievski y me han encantado, asi como me presentas El gran insiquisidor me dan ganas de ahondar mas en la lectura.
Gracias!
Un saludo grande y espero que te encuentres bien.
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