martes, 17 de junio de 2014

Otelo



Había en otro tiempo en Venecia un moro muy valiente, que por su bravura y pruebas de prudencia que había dado en la guerra, tenía conseguidos consideración y amor de los señores de la República... Sucedió que una virtuosa dama, de belleza, prodigiosa, llamada Disdèmona, seducida, no por secretos y vergonzosos de seos, sino por méritos del moro. se enamoró de d, y que el valiente guerrero, vencido a su vez por la hermosura y los nobles sentimientos de la dama, se apasionó. Les fue tan favorable el amor, que se unieron en matrimonio, venciendo obstáculos de los padres de Disdèmona. Que la destinaban a otro. Mientras permanecieron en Venecia los casados, vivieron en acuerdo tan perfecto y tan dulce, que famas hubo palabra ni acto que fuese consideración mutua y amor. Llegó un día en que los señores venecianos cambiaron la guarnición que tenían en Chipre, y designaron al moro capitán de las tropas que enviaban a la isla. Estaba el moro contento, porque las señorías habían pensado en él; pero disminuía este Júbilo pensar en la duración y dificultades del viaje... Viendo Desdèmona preocupado al moro, sentía gran inquietud, y no conseguía dar con la causa de aquel enojo. Al fin se determinó a decir un día en la mesa:
—Querido esposo, ¿por qué te muestras triste desde el día en que recibiste el honor de ser nombrado capitán?
—Me entristece —dijo el moro— el amor que te profeso; pienso que debo llevarte conmigo, obligándote a afrontar los peligros del mar, o de dejarte en Venecia. El primer partido me entristece, porque de antemano sufro como míos los peligros y tormentos que habrías de sufrir en tan larga travesía. El segundo, me es insoportable, porque separarme de ti equivale a separarme de mi propia vida. Querido esposo, tu preocupación es irrazonable. Yo quiero partir contigo y acompañarte en todos los peligros que la suerte te ponga. Si fuera preciso pasar contigo por fuego, entre fuego, lo haría sin vacilar. ¿Qué miedo puede causarme, por consiguiente, viajar contigo por mar, en una nave sólida y bien equipada?... La navegación de los esposos fue feliz. y contentos y enamorados desembarcaron en Chipre ... Tenía el Moro a sus órdenes un oficial de muy gentil continente y hermoso rostro, pero envidioso y malo de condición... También este oficial había llevado a Chipre a su mujer, bella y virtuosa. Desdémona se aficionó a esta dama italiana. Las dos amigas pasaban juntas la mayor parte del día. Él Moro distinguía con su amistad y confianza a otro oficial al que invitaba con frecuencia a su mesa. Viendo Disdémona cómo distinguía el Moro a este oficial, procuraba mostrarse amable con él. El oficial perverso, olvidando la fidelidad que había jurado a su mujer y la amistad y confianza que le testimoniaba el Moro, se enamoró perdidamente de Disdémona, y utilizó todos tos medios para hacerlo saber, con el deseo de que ella correspondiera a su criminal amor... Pero Disdémona, que adoraba al Moro, no hacía caso a las tenaces solicitaciones del malo... El desdeñado acabó por creer que la virtuosa dama le rechazaba porque amaba al otro oficial... Este pensamiento trocó en odio todo el amor que antes le había inspirado Disdémona... Desde entonces sólo buscó la manera de desembarazarse del oficial que creía rival y poseer a la dama, o impedir, al menos, que su marido la poseyera. Y luego de maquinar mil cosas infames y vergonzosas, resolvió decirle al Moro que su mujer te era infiel con el oficial que él protegía... El Moro exigió la prueba. Esto era difícil y había que esperar la ocasión... Algún tiempo después el oficial sospechoso maltrató a un centinela, y el Moro le quitó el empleo. Disdémona se interesó muy notablemente por el oficial, rasgos de buen corazón que el pérfido aprovechó para aumentar el recelo del marido. Continúa el ingenua y poco animado relato con la explicación minuciosa de cuantas perfidias hace el enamorado vengativo para Convencer al Moro de la infidelidad. No hay en el ÓTELO, de Shakespeare, un solo detalle que no se encuentre en el cuento de Cinthio. Todas las felonías y astucias que prodiga el rencoroso oficial (Yago en la tragedia) hasta despertar los arrebatados celos del moro Ótelo, estaba ya en el original italiano. Shakespeare solo ha variado el desenlace. En el cuento de Cinthio, el Moro y el inominado oficial malo matan a Dísdémona (Desdémona en la tragedia) durante la noche, y luego desploma sobre ella el techo de la estancia en que la asesinada dormía, para hacer creer que ha perecido por desventurado accidente. Durante un tiempo se ignora la verdadera causa de la muerte. Poco después se enemistan el Moro y su cómplice, y éste denuncia en Venecia al actual enemigo de haber matado a Disdémona. El Moro es condenado al destierro, a pesar de haber negado en el tormento su crimen. Los padres de disdèmona lo hacen asesinar. El oficial malo muere atormentado por crueles remordimientos. Este final es poco teatral. En la tragedia, Otelo mata a Desdémona y
Convencido luego de que su esposa era inocente, intenta matar a Yago, y, desesperado, se sucida cayendo sobre el cuerpo aun caliente de la calumniada víctima.
Shakespeare conocía, mucho tiempo atrás la obra de Cimthio. Se la relató el pedante italiano Florio en la época en que conversaba larga y amistosamente con él en el palacio de Southampton. La amistad se enfrió después y Florio acusaba a Shakespeare de plagiario.
Con ocasión del estreno de ÓTELO, Florio no terminaba de recriminar al poeta por apropiarse de cuentos italianos para escribir sus dramas. Pero Shakespeare sabía sacar provecho de materiales mediocres. Nadie mejor que Shakespeare para hacer un gran personaje de tragedia del Yago, bosquejado torpemente en el cuento de Cinthio. Era preciso saber acumular en este insidioso ruin, todos los caracteres de la doblez, e hipocresía. Había que justificar la candidez confiada, y recelosa a la vez, con que ÓTELO se dejaba manejar por el malvado.
Ben Jonson, afirma que la maldad de Yago es excesiva y que conspira vilmente contra la felicidad de ÓTELO sin suficiente motivo. Pero Shakespeare conocía mejor el corazón de los hombres y tenia ya suficiente experiencia para saber a qué extremo de maldad pueden llevar la ambición o el amor propio no satisfechos. Había tenido tiempo y ocasión de conocer en la corte de Isabel a cortesanos, que envidiosos del favorito Leícester no vacilaban en poner en juego, para pe      William Shakespcare 1564 – 1616 Dramaturgo, Poeta y actor ingles una de las figuras más importante de la literatura Universal. En sus obras describe todo los segmentos y pasiones humanos. De una primera etapa son la comedia de los errores, la Fierquilla domada, y en poesía, sonetos Venus adonis, la dilación de Lucrecia  el segundo periodo es de las de grandes comedias (a excepción de la tragedia de Romeo y Julieta): El mercader de Venecia mucho ruido  y pocas nueces, como gustáis, Noche de Epifanía y las alegres Comadres de Windsor. A este periodo sigue el de las grandes tragedias: Hanlo, Otelo, El rey Lear, Macbetch, y Dramas históricas Julio César, coriolano, Maco Antonio y Cleopatra, Ricardo III, Enrique IV. Entre sus comedias de carácter fantástico destaca el sueño de una noche de verano y la tempestad.
reírle, infinitas infamias que les dictaba su imaginación fecunda, y que ejecutaba bien su corazón implacable.
Los amigos del desventurado Essex sabían hasta qué punto de crueldad pueden llegar los infames.
Biografía del autor
William Shakespcare 1564 – 1616 Dramaturgo, Poeta y actor ingles una de las figuras más importante de la literatura Universal. En sus obras describe todo los segmentos y pasiones humanos. De una primera etapa son la comedia de los errores, la Fierquilla domada, y en poesía, sonetos Venus adonis, la dilación de Lucrecia  el segundo periodo es de las de grandes comedias (a excepción de la tragedia de Romeo y Julieta): El mercader de Venecia mucho ruido  y pocas nueces, como gustáis, Noche de Epifanía y las alegres Comadres de Windsor. A este periodo sigue el de las grandes tragedias: Hanlo, Otelo, El rey Lear, Macbetch, y Dramas históricas Julio César, coriolano, Maco Antonio y Cleopatra, Ricardo III, Enrique IV. Entre sus comedias de carácter fantástico destaca el sueño de una noche de verano y la tempestad.

romi
         

martes, 10 de junio de 2014

Olga Orozco


(Toay, La Pampa, 17 de marzo de 1920 – Buenos Aires, 15 de agosto de 1999). Su nombre completo era Olga Noemí Gugliotta Orozco. Poeta, narradora y periodista. Una de las voces mayores de la lírica en lengua castellana. Se relaciona con la generación del cuarenta (a la que pertenece) y con el surrealismo (aunque ella aclaraba que nunca había hecho asociación libre ni escritura automática, según cita Manuel Ruano).
Algunas distinciones: Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes, Premio Esteban Echeverría de Poesía, Primer Premio Nacional de Poesía, Gran Premio de Honor de la SADE, Láurea de Poesía de la Universidad de Turín, Premio Gabriela Mistral, otorgado por la OEA, Premio Juan Rulfo.
Poemas suyos han sido traducidos al francés, ingles, italiano, alemán, rumano, hindú, portugués y japonés.
  Olga Orozco decía que la obra literaria que más apreciaba era En busca del tiempo perdido porque Marcel Proust "en una gota de agua encontraba un laberinto". Lo mismo puede aplicarse a la poesía de la propia Olga. Desde su primer libro (1946), la poeta opta por versos larguísimos, sin metro regular ni rima, por frases con subordinadas, donde cada palabra abre un haz de asociaciones que se despliegan en una nueva frase que maravilla. Pero, al mismo tiempo, recorrer sus versos y seguirlos en toda su riqueza supone un entrenamiento para el lector. Por otra parte, éste repara en que la imagen sorprendente está lejos del juego (aunque sabemos que en ocasiones hacía cadáveres exquisitos). La nutrida literatura que ha pasado por los ojos de Olga Orozco, incluso de filósofos y epistemólogos, lejos de entorpecer, constituyen una apertura en la obra de esta escritora que también es una escucha atenta del mundo de lo oculto. "Creo más en lo que no veo que en lo que veo", nos decía. Sin embargo, en esta época posmoderna en que el mundo de lo esotérico es algo tan socorrido, estos elementos no son en sus textos lugar común, sino otra forma de llevar los interrogantes a una profundidad mayor.
  El tiempo, la infancia, la evocación de un paraíso perdido, de una época de unión mística persiste a lo largo de su obra con elementos de una religiosidad abierta. También la literatura forma parte de la temática, como en su libro Las muertes, en el que personajes literarios escriben su propio epitafio. Dice en el poema que da nombre al volumen Con esta boca, en este mundo: "He dicho ya lo amado y lo perdido, / trabé con cada sílaba los bienes y los males que más temí perder. / Nuestro largo combate fue también un combate con la muerte, poesía. / Hemos ganado. Hemos perdido".  
Olga Orozco hablaba de su forma de escribir un poema. Dice que pasa por momentos de felicidad y de angustia. Que  conoce algo del principio y del final pero no de lo que va en el medio, camino salvaje, desconocido, donde el poeta "es como un cazador que va en persecución de la imagen, de la palabra justa", que tiene que elegir a cada paso y duda de "haber acertado con el centro al que apuntaba el poema". Distingue dos momentos: uno "en que tal vez haya como un gesto de estar esperando la voz, esa voz con otra dimensión, pero luego empieza el trabajo". Componía los poemas con lentitud, en varios días.
Elegimos tres poemas no tan extensos ni de versos tan desmesurados como los que la caracterizan, que tratan el tema de la separación en distintas circunstancias. Es uno de los más recurrentes, con el del tiempo (otra forma de distancia), el recuerdo y la tentación, el error (“el laberinto del error”).
En No hay puertas, poema extenso, entre sus logros casi constantes, aparece una imagen que nos recuerda la pintura surrealista. El yo poético, tras el abandono, dice que ha visto a la soledad: “desplegar en medio de una sala/ esa lluvia que cae/ junto al mar/ lejos, en otra parte.” Este es un ejemplo de esa descontextualización entre un interior y un exterior, que se dan en la plástica. No hay en la poeta rupturas sintácticas y las agramaticalidades se resuelven por la lectura poética y el análisis.
En el poema 13 del libro Cantos de Berenice, escrito luego de la muerte de la gata negra con la que vivió más de quince años, el homenaje a Edgar Allan Poe –que viene desde el nombre– es otro caso en que lo intertextual y lo mítico del felino a lo largo de la historia se entretejen con la relación cotidiana y personal entre el yo poético y la gata.
En Mujer en su ventana, después de la muerte de su pareja, Olga realiza otra
equilibrada e intensa expresión de la mayor cantidad de instancias que puede contemplar una situación semejante.
Olga Orozco cuenta con dos libros de relatos en prosa realizados con un material que escribió en el consultorio de su psicoanalista, acerca de los recuerdos de infancia: La oscuridad es otro sol y La luz es un abismo
OBRA POÉTICA
Desde lejos (Buenos Aires, Losada,1946)
Las muertes (Buenos Aires, Losada, 1951).
Los juegos peligrosos (Buenos Aires, Losada, 1962).
Museo salvaje (Buenos Aires, Losada, 1974).
Cantos a Berenice (Buenos Aires, Sudamericana, 1977).
Mutaciones de la realidad (Buenos Aires, Sudamericana, 1979).
La noche a la deriva (Buenos Aires, Sudamericana,1984 ).
En el revés del cielo (Buenos Aires, Sudamericana, 1987).
Con esta boca, en este mundo (Buenos Aires, Sudamericana, 1994).
Relámpagos de lo invisible (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,1997).
OBRA NARRATIVA (Relatos)
La oscuridad es otro sol (Buenos Aires, Sudamericana,1967)

También la luz es un abismo (Buenos Aires, Emecé, 1995).

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