.Un homenaje a uno de los mejores poetas de la Argentina, que como buen poeta y defensor de sus ideas, murio olvidado por su gente.
Dicen que un día ya cansado de andar masticando fantasmas en su boca, se tomo el vino de la melancolía y se fue despacito con dos Ángeles dormidos entre sus manos. “Aquí me beben y me cantan, y me coquean alegres y me bailan. Por la escalera de papel de seda con alas verdes voy trepando al cielo. Subo muerto.”
Dicen que llego a la vida escondido en una canción, entre poemas y música de trenes perdidos en el tiempo, dicen que se levantaba temprano o a veces que no dormía solo para pintar con sus colores la mañana, dicen que era el poeta de los versos siempre a mano como banderas al viento, dicen que se fue un día de puro curioso, a buscar esas rosas que solo crecen a la sombra del horizonte
Dicen que un día ya cansado de andar masticando fantasmas en su boca, se tomo el vino de la melancolía y se fue despacito con dos Ángeles dormidos entre sus manos. “Aquí me beben y me cantan, y me coquean alegres y me bailan. Por la escalera de papel de seda con alas verdes voy trepando al cielo. Subo muerto.”
Dicen que llego a la vida escondido en una canción, entre poemas y música de trenes perdidos en el tiempo, dicen que se levantaba temprano o a veces que no dormía solo para pintar con sus colores la mañana, dicen que era el poeta de los versos siempre a mano como banderas al viento, dicen que se fue un día de puro curioso, a buscar esas rosas que solo crecen a la sombra del horizonte
Poeta rebelde, dejando su sangre y su alma para defender la bandera que abrazo con tanto amor, la del destino de los desposeídos, tratando siempre de enyesar las fracturas de la historia sobre los huesos de los más débiles, rebelde siempre al destino de toda tu América Latina, condenada al servilismo por parte de los mismos déspotas de siempre, que alargan apellidos y totalitarismo sobre los hijos de los sufridos. Biografìa
Biografìa
Manuel J. Castilla nació en la casa ferroviaria de la Estación de Cerrillos (Salta), el día 14 de agosto de 1918. Realizó estudios primarios en la Escuela Zorrilla para luego estudiar el secundario en el Colegio Nacional de su provincia natal.
Se dedicó al periodismo y las letras. Es uno de los escritores fundadores del grupo "La Carpa". Además de sus colaboraciones en diarios y revistas nacionales, publicó los siguientes poemarios:
Agua de lluvia (1941), Luna Muerta (1944), La niebla y el árbol (1946), Copajira (1949,1964, 1974), La tierra de uno (1951, 1964), Norte adentro (1954), El cielo lejos (1959), Bajo las lentas nubes (1963), Amantes bajo la lluvia (1963), Posesión entre pájaros (1966), Andenes al ocaso (1967), Tres veranos (1970), El verde vuelve (1970) y Cantos del gozante (1972), Triste de la lluvia (1977), Cuatro Carnavales (1979). También publicó un texto en prosa: De solo estar (dos ediciones en 1957) y el libro Coplas de Salta (1972, con prólogo y recopilación de Castilla).
El canto
El Barbudo, junto con Leguizamón, Falú, Jaime Dávalos, Botelli, fue uno de los que renovaron la canción folklórica. La primera obra que él y el Cuchi hicieron juntos fue "Zamba del pañuelo". Y una canción trajo la otra, y un amigo y otro amigo, como decía. Esta actividad tuvo un Mecenas. Don Vicente H. González auspició por radio El Mundo una audición de Eduardo Falú con glosas del Barba, que se llamaba "El corazón de tierra de la guitarra". Posteriormente apoyó a "Los Fronterizos" en un programa con glosas de César Perdiguero y Castilla, "El canto cuenta su historia", que estuvo vigente tres años. González pagó la edición de "El cielo lejos". A las letras del Barbudo le pusieron música, además del Cuchi y Falú, Rolando Valladares y Fernando Portal, con el que ganó el "Concurso Odol de la Canción" con la zamba "Pastor de nubes".
Y con su amigo Pajita García Bes fue titiritero y, como tal, recorrió gran parte de Sudamérica. Y las anécdotas se suman. Como aquella con Nicolás Guillén, que visitó la Argentina en 1947. Una vez en Tucumán el poeta cubano lo escuchó al Barbudo, en una reunión, cantar esa melancólica tonada que dice:
En 1957 obtuvo el Premio Regional de Poesía del Norte (trienio 1954-56, Dirección General de Cultura de la Nación), por su libro Norte adentro fue galardonado con el Premio "Juan Carlos Dávalos" para obras de imaginación en la producción literaria (trienio 1958-60, Gobierno de Salta) por el poemario El cielo lejos, y con el Premio del Fondo Nacional de las Artes (Mendoza, Trienio 1962-64) por su libro Bajo las lentas nubes. En 1967 recibió el Tercer Premio Nacional de Poesía por su obra Posesión entre pájaros. Entre otras de sus más importantes distinciones se incluyen el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1973), el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1970-72) y el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1973-75). Falleció en Salta, el 19 de julio 1980 por razones de diabetes.
En la escritura de Manuel J. Castilla convergen narración, poesía y mito. En el libro De sólo estar, la estructura prosaica y la intensidad lírica condensan la presencia de los mitos del tiempo y del carnaval. La línea de conciencia social trazada por Castilla en su producción lírica y narrativa es fundante en la literatura del NOA y posteriormente otros escritores retomarán esa problemática, como Héctor Tizón, Daniel Moyano, Francisco Zamora o Carlos Hugo Aparicio.
EL GOZANTE
Me dejo estar sobre la tierra porque soy el gozante.
El que bajo las nubes se queda silencioso.
Pienso: si alguno me tocara las manos
se iría enloquecido de eternidad,
húmedo de astros lilas, relucientes.
Estoy solo de espaldas transformándome.
En este mismo instante un saurio me envejece y soy
leña
y miro por los ojos de las alas de las mariposas
un ocaso vinoso y transparente.
En mis ojos cobijo todo el ramaje vivo del quebracho.
De mi nacen los gérmenes de todas las semillas y los riego con rocío.
Sé que en este momento, dentro de mí,
nace el viento como un enardecido río de uñas y de
agua.
Dentro del monte yazgo preñado de quietudes furiosas.
A veces un lapacho me corona con flores blancas
y me bebo esa leche como si fuera el niño más viejo
de la tierra.
De cara al infinito
siento que pone huevos sobre mi pecho el tiempo.
Si se me antoja, digo, si esperase un momento,
puedo dejar que encima de mis ingles
amamante la luna sus colmillos pequeños.
Zorros la cola como cortaderas,
gualacates rocosos,
corzuelas con sus ángeles temblando a su costado,
garzas meditabundas
yararás despielándose,
acatancas rodando la bosta de su mundo,
todo eso está en mis ojos que ven mi propia triste
nada y mi alegría.
Después, si ya estoy muerto,
échenme arena y agua. Así regreso.
romi
7 comentarios:
Romi que bueno traigas poetas que no son conocidos al menos para mi, Manuel Castilla...interesante obra, te felicito.
Saludos
Marta Vasquez
Me acuerdo que Daniel Moyano supo decirme tienes que leerlo a Castilla, su poesia tiene la musica en cada palabra; asi fue como lo descubri por los años 60. Pero no solo era un gran poeta sino que tenia una generosidad inmensa con la gente. Yo no lo cruce nunca personalmente, pero me devoré varios de sus libros.
Muy buen posteo Romi, te felicito.
jca
!!Si que buen poeta, me encanto leerlo pues queria postear sobre su vida...
Lei sobre Daniel Moyano, tambien interesante.
Gracias Juan por el comentario y buscarè un libro asi lo leo
Saludos
romi
Marta gracias y bienvenida a mi blog-
Carinios
romi
Precioso homenaje a un gran poeta. No sabia que fuera propulsor del folklore argentino. Gracias Romi por recordarme también a Falú y aquellas bellísimas canciones. Enhorabuena por tu obra. Un abrazo Juan.
Galeote si un gran poeta, olvidado quizas, pero es bueno rescatarlo, gracias por el comentario
Saludos
romi
Que bueno por tu intermedio conocer poetas que no tienen la difusion necesaria, gracias Romi, te felicito por el blog.
Saludos
Marcelo Freitas
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