Creo que el tango, es más analizado y estudiado desde la música, pero, en cuanto a los aspectos literarios, se recuerda poco a los poetas (que publicaron y compusieron poemarios, cuyos textos se convirtieron en tangos y viceversa, como los de Celedonio Flores o Enrique Cadícamo), ni se atiende a los recursos estilísticos, desde los juegos de palabras o los paralelismos hasta las metáforas o los símiles. Ciertamente, «El tango tiene orígenes anónimos, de aluvión y mixtura» y que sus primeros pasos los dio en ambientes prostibularios, pero a partir de 1880 comenzaría a salir de dichos ámbitos, ganando espacios más «decentes», hasta acabar en el cabaré, el Teatro Nacional (Carlos Gardel cantó Mi noche triste ante un público de alta sociedad argentina en 1917) y en la radio de todas las casas, especialmente, lejos de sus orígenes, en la «buena sociedad».
Al mismo tiempo que el tango consigue salir de la oscuridad de los burdeles, sus letras se acercan a un fin estilístico y poético, llegando al punto de hallar algunas letras llenas de imágenes arriesgadas, difíciles de entender para su público:
Fui como una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas resignadas de tu vida.
No podemos dejar de decir que el modernismo influyó mucho en la elaboración de las letras y que el mismísimo Rubén Darío aparece citado en ellas :
Y tú me pedías que te recitara
esta Sonatina que soñó Rubén:
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Hacia mediados de los años 20, los músicos conocen la escritura y la mayoría tienen una formación académica ; de igual modo, los letristas ya no son «escritores de teatro o periodistas atraídos por el tango cantado, ni son bohemios Son intelectuales de formación escolástica». Todo este proceso surge, no sólo como un proceso de hacer literario el tango, sino también como un proceso de «adecentamiento» del mismo.
Si queremos tratar la literatura del tango, es preciso y necesario el nombre de Homero Manzi, como el poeta más relevante del tango literario. Para realizar un esbozo biográfico, distinguimos entre el hombre y el poeta. El primero, por un lado, nació en 1907 en una pequeña población, Añatuya (en la provincia Santiago del Estero), con el nombre de Homero Nicolás Manzione . Por otro lado, el poeta, cuyos versos se publicaron en revistas durante los años 20 del siglo pasado, escribió su primer tango importante en 1926 titulado Viejo ciego, premiado en el concurso de la revista «El alma que canta» . Además de casi doscientos tangos, escribió varias milongas y valses, guiones cinematográficos (entre las que destacan La guerra gaucha y Pampa bárbara), varias críticas y audiciones radiofónicas y una obra de teatro; Y estuvo creando hasta 1951, año en que su corazón le falló.
La historia del tango lo encuadra en los años 40, como uno de los máximos exponentes del tango literario ; ya que, limitado por la política, la gloria le llegó con el cancionero popular que hizo crecer con sus letras. De casi doscientas letras, destacan las famosas Malena (con música de Maffia), Sur (música de Troilo) y Barrio de tango (Troilo), y las sobresalientes De barro (Piana), El último organito (Acho), Che bandoneón (Troilo), Fuimos (Dames) y El pescante (Piana), entre otras que seguramente hemos obviado de forma injusta. Pese a esta ingente obra, son únicamente dos los temas principales que podemos hallar en ella: «la nostalgia por barrios y personajes perdidos y la hondura de las relaciones amorosas» . Atendamos al primero de ellos: la nostalgia.
Este tema aparece ya en Viejo ciego, donde las notas melancólicas están presentes, ya que estamos ante la despedida de un anciano músico ambulante:
Ponés en las almas recuerdos añejos
y un poco de pena mezclás con alcohol.
Aunque esta composición no está a la altura literaria que Manzi conseguirá posteriormente con Barrio de tango y Sur. En Barrio de tango, el suburbio es rememorado con gran melancolía:
Un ladrido de perros a la luna
y la luna temblando en el zanjón,
los sapos chapoteando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.
El recuerdo ha realizado esta estrofa y podemos observar, no sólo la fuerte presencia de la naturaleza, sino también la sensación de duración conseguida con los verbos en gerundio de los versos centrales y la unión de los sintagmas nominales y preposicionales del primer y último verso. Todo ello consigue ofrecernos la nostalgia, que vive en nosotros, de algo que ya no existe.
Sur es un poema basado en el paralelismo del verso y el contraste del contenido, que evoca singularmente cómo el paso del tiempo ha cambiado el barrio y ha desvanecido el amor de antaño:
-Nostalgia de los años que han pasado,
arena que la vida se llevó,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió.
La sólida construcción paralelística de estos versos nos transmite la pena, completada con el léxico que está circunscrito al desengaño que finalmente se acaba reconociendo:
Las calles y la luna suburbana,
y mi amor en tu ventana,
todo ha muerto... Ya lo sé.
Para estas estrofas, apuntamos las palabras de Ernesto Sábato acerca de que «el progreso que a macha-martillo impusieron los conductores de la nueva Argentina no deja piedra sobre piedra». Sin ninguna duda, se siente «que el Tiempo pasa y que la frustración de todos sus sueños y la muerte final son sus inevitables epílogos» . A esto debemos añadir que Homero Manzi procedía de una provincia interior y que «su encuentro con la ciudad fue de conflicto, y del rechazo surgió su refugio en el pasado porteño» . Con siete años ya vivía en Buenos Aires e iba a un colegio del barrio de Pompeya, alejado de su domicilio en el barrio de Boedo; así, en los tangos someramente analizados, entre otros, aparecerá «cada elemento de aquel paisaje –desde el largo paredón que recorría camino de la escuela hasta el terraplén del ferrocarril, en una mágica reunión de ciudad y pampa-»
En conclusión, el tango posee determinantes factores que acrecientan su valor literario junto al musical, pues ha tenido una clara evolución a lo largo del siglo XX. Con la letra de poetas como Homero Manzi, el cancionero popular (de Argentina e, incluso, del mundo, en algunas ocasiones) crece en calidad para temas tan representados como los del amor y la nostalgia. Esto se debe a que, «si por sus ideas le cerraban el camino a ser hombre de letras, él se dedicó a hacer letras para los hombres» («Los malditos…» 2005). Si los problemas políticos no dejaron a Manzi realizarse como persona, él consiguió burlarlos para vivir, tanto él como nosotros, en las letras de sus tangos.
romi
Al mismo tiempo que el tango consigue salir de la oscuridad de los burdeles, sus letras se acercan a un fin estilístico y poético, llegando al punto de hallar algunas letras llenas de imágenes arriesgadas, difíciles de entender para su público:
Fui como una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas resignadas de tu vida.
No podemos dejar de decir que el modernismo influyó mucho en la elaboración de las letras y que el mismísimo Rubén Darío aparece citado en ellas :
Y tú me pedías que te recitara
esta Sonatina que soñó Rubén:
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Hacia mediados de los años 20, los músicos conocen la escritura y la mayoría tienen una formación académica ; de igual modo, los letristas ya no son «escritores de teatro o periodistas atraídos por el tango cantado, ni son bohemios Son intelectuales de formación escolástica». Todo este proceso surge, no sólo como un proceso de hacer literario el tango, sino también como un proceso de «adecentamiento» del mismo.
Si queremos tratar la literatura del tango, es preciso y necesario el nombre de Homero Manzi, como el poeta más relevante del tango literario. Para realizar un esbozo biográfico, distinguimos entre el hombre y el poeta. El primero, por un lado, nació en 1907 en una pequeña población, Añatuya (en la provincia Santiago del Estero), con el nombre de Homero Nicolás Manzione . Por otro lado, el poeta, cuyos versos se publicaron en revistas durante los años 20 del siglo pasado, escribió su primer tango importante en 1926 titulado Viejo ciego, premiado en el concurso de la revista «El alma que canta» . Además de casi doscientos tangos, escribió varias milongas y valses, guiones cinematográficos (entre las que destacan La guerra gaucha y Pampa bárbara), varias críticas y audiciones radiofónicas y una obra de teatro; Y estuvo creando hasta 1951, año en que su corazón le falló.
La historia del tango lo encuadra en los años 40, como uno de los máximos exponentes del tango literario ; ya que, limitado por la política, la gloria le llegó con el cancionero popular que hizo crecer con sus letras. De casi doscientas letras, destacan las famosas Malena (con música de Maffia), Sur (música de Troilo) y Barrio de tango (Troilo), y las sobresalientes De barro (Piana), El último organito (Acho), Che bandoneón (Troilo), Fuimos (Dames) y El pescante (Piana), entre otras que seguramente hemos obviado de forma injusta. Pese a esta ingente obra, son únicamente dos los temas principales que podemos hallar en ella: «la nostalgia por barrios y personajes perdidos y la hondura de las relaciones amorosas» . Atendamos al primero de ellos: la nostalgia.
Este tema aparece ya en Viejo ciego, donde las notas melancólicas están presentes, ya que estamos ante la despedida de un anciano músico ambulante:
Ponés en las almas recuerdos añejos
y un poco de pena mezclás con alcohol.
Aunque esta composición no está a la altura literaria que Manzi conseguirá posteriormente con Barrio de tango y Sur. En Barrio de tango, el suburbio es rememorado con gran melancolía:
Un ladrido de perros a la luna
y la luna temblando en el zanjón,
los sapos chapoteando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.
El recuerdo ha realizado esta estrofa y podemos observar, no sólo la fuerte presencia de la naturaleza, sino también la sensación de duración conseguida con los verbos en gerundio de los versos centrales y la unión de los sintagmas nominales y preposicionales del primer y último verso. Todo ello consigue ofrecernos la nostalgia, que vive en nosotros, de algo que ya no existe.
Sur es un poema basado en el paralelismo del verso y el contraste del contenido, que evoca singularmente cómo el paso del tiempo ha cambiado el barrio y ha desvanecido el amor de antaño:
-Nostalgia de los años que han pasado,
arena que la vida se llevó,
pesadumbre del barrio que ha cambiado
y amargura del sueño que murió.
La sólida construcción paralelística de estos versos nos transmite la pena, completada con el léxico que está circunscrito al desengaño que finalmente se acaba reconociendo:
Las calles y la luna suburbana,
y mi amor en tu ventana,
todo ha muerto... Ya lo sé.
Para estas estrofas, apuntamos las palabras de Ernesto Sábato acerca de que «el progreso que a macha-martillo impusieron los conductores de la nueva Argentina no deja piedra sobre piedra». Sin ninguna duda, se siente «que el Tiempo pasa y que la frustración de todos sus sueños y la muerte final son sus inevitables epílogos» . A esto debemos añadir que Homero Manzi procedía de una provincia interior y que «su encuentro con la ciudad fue de conflicto, y del rechazo surgió su refugio en el pasado porteño» . Con siete años ya vivía en Buenos Aires e iba a un colegio del barrio de Pompeya, alejado de su domicilio en el barrio de Boedo; así, en los tangos someramente analizados, entre otros, aparecerá «cada elemento de aquel paisaje –desde el largo paredón que recorría camino de la escuela hasta el terraplén del ferrocarril, en una mágica reunión de ciudad y pampa-»
En conclusión, el tango posee determinantes factores que acrecientan su valor literario junto al musical, pues ha tenido una clara evolución a lo largo del siglo XX. Con la letra de poetas como Homero Manzi, el cancionero popular (de Argentina e, incluso, del mundo, en algunas ocasiones) crece en calidad para temas tan representados como los del amor y la nostalgia. Esto se debe a que, «si por sus ideas le cerraban el camino a ser hombre de letras, él se dedicó a hacer letras para los hombres» («Los malditos…» 2005). Si los problemas políticos no dejaron a Manzi realizarse como persona, él consiguió burlarlos para vivir, tanto él como nosotros, en las letras de sus tangos.
romi