sábado, 31 de julio de 2010

Osvaldo Soriano..algunos de sus libros

                                        

El protagonista de esta historia es un chico argentino que debe abandonar su país junto con sus padres durante la dictadura militar de 1976. La familia se va a Francia pero tiene que dejar en Buenos Aires a la mascota del nene, la gatita Pulqui. Instalados en París, el chico tendrá que aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva escuela y buscar nuevos amigos en una ciudad desconocida y diferente. Allí conocerá al Negro, un gato tranquilo y distante, de misteriosos poderes, con el que emprenderá un viaje a través de los tejados, que lo llevará hasta la Torre Eiffel. Desde lo alto de la torre podrá ver lo que sólo puede verse con la mirada del Negro: su patria, Buenos Aires al otro lado del mar.


Una sombra ya pronto seràs



La quinta y exitosa novela de Osvaldo Soriano (Buenos Aires, Sudamericana, 1990, 256 págs.), le hace a la literatura argentina lo mismo que el Excelentísimo Sr. Presidente al país. Uno podría detenerse en la escasa cantidad de subordinadas, en el estilo cercano al de un famoso personaje de Burroughs (Edgar Rice, no William), pero la novela merece una crítica ideológica. Habrá quienes alcen la ceja ante esta declaración: convendría que reflexionaran sobre el hecho de que el material de una obra jamás es inerte. Y quienes objeten que Soriano abomina públicamente -periodísticamente- del menemismo, podrán tener en cuenta, amén de las obvias diferencias entre el narrador y la persona real, que buena parte de la izquierda lo hace, sin por eso modificar en un ápice las viejas y malas costumbres.Nos dejó justo cuando mejor le iba. Su pase literario había sido el comentario del momento. Aunque algunas de sus páginas más logradas pertenecen a sus primeros pasos literarios, Osvaldo Soriano estaba por imponer, a fuerza de relatos e historias, su nombre en la historia grande de las letras argentinas. Más allá del ninguneo de la capilla, que a esa altura era cada vez más tenue, “Una sombra ya pronto serás” lo colocó en el lugar que merecía desde mucho tiempo atrás





romi




viernes, 30 de julio de 2010

Osvaldo Soriano


Leyendo sobre la vida de Soriano entendi que era amado y odiado por igual, su mito se asienta sobre una seductora personalidad: costumbres noctámbulas, mística peronista, pasión futbolera y sentencias literarias que se popularizaron hasta el eslogan. ¿Es posible leerlo fuera de la dicotomía academia-mercado? Si se cifran los discursos alrededor de su obra, encontramos la génesis de las lecturas actuales, que no suelen moverse del registro del “homenaje” y petrifican su obra en el pasado.



Soriano tuvo el mérito de ser uno de los autores mejor cotizados de la industria editorial argentina. Juan Martini, en el prólogo de A sus pies rendido un león, escribe: “Fue uno de los primeros que advirtió que a las editoriales les interesaba, y mucho, un segmento de la creación literaria que estuviese en condiciones para salir a lidiar (con ella) sabiendo de qué se trataba; fue claro y firme en sus exigencias. También es cierto que no entraba en sus cálculos –como lo dijo alguna vez– perder un solo lector. Sabían sus amigos, conocidos y allegados que soñaba con vender un día toda su obra a una editorial cobrando un anticipo de un millón de dólares y con que alguna de sus novelas se filmase en Hollywood”.

Soriano construyó su leyenda gracias a su idiosincrasia: confesadas ambiciones, simpáticas manías personales, calidez y solidaridad para con sus allegados (Rodrigo Fresán, entre otros, da fe de su generosidad).



Conocer el pensamiento de Osvaldo Soriano permite visualizar de qué modo su percepción de la realidad se proyecta estéticamente al espacio de la ficción.

Soriano se refería cuando comentaba sus textos: "Yo quiero que mi lector se emocione, sufra y se ría, que se reconozca en el fracaso: en eso soy muy argentino (…) Mis novelas en general son novelas del fracaso (…) A nosotros nos pasan muchas cosa todo el tiempo y cada cual más horrible y disparatada (…) Este es el único país que involucionó (…) Quiero intentar un modesto fresco de este clima atroz que negamos cada día". Finalmente, esta sensación de fracaso generalizado adquiere el carácter de una percepción terminal: "Siento que es bastante intolerable el grado de desintegración de esta sociedad. (…) siempre pensé que se iba a desintegrar, pero no tan rápido."


Biografía


Osvaldo Soriano nació en Mar del Plata en enero de 1943. En 1973 publicó su primera novela Triste, solitario y final, traducida a doce idiomas. En 1976, después del golpe de Estado, Soriano se trasladó a Bélgica y luego vivió en París hasta 1984, año en que regresó a Buenos Aires. En 1983 se conoció en Buenos Aires No habra mas penas ni olvido, llevada al cine por Héctor Olivera, que ganó el Oso de Plata en el festival de cine de Berlín. En 1983 se publicaron seis ediciones de Cuarteles de invierno, ya considerada la mejor novela extranjera de 1981 en Italia, y llevada dos veces al cine. En 1984 apareció Artistas, locos y criminales , y en 1988 Rebeldes, soñadores y fugitivos, colecciones de textos e historias de vidas. Ese mismo año se publicó A sus plantas rendido un león, la novela de más éxito editorial de los últimos años. Entre 1989 y 1990 escribió Una sombra ya pronto serás, llevada al cine en 1994 una vez más por Héctor Olivera . En 1993 publica Cuentos de los años felices, historias cortas, la mayoría de las cuales aparecieron en el periódico Página/12, del cual Soriano es asiduo colaborador.Las novelas Triste, solitario y final, No habrá más penas ni olvido, Cuarteles de invierno y A sus plantas rendido un león han sido publicadas en veinte paises y traducidas a los idiomas inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, noruego, holandés, griego, polaco, húngaro, checo, hebreo, danés y ruso. Murió el 29 de enero de 1997 en la Ciudad de Buenos Aires.


Entre sus obras:

Triste, solitario y final (1973)

No habra mas penas ni olvido (1983)

Cuarteles de invierno (1983)

Artistas, locos y criminales (1984)

Prólogo

El caso Robledo Puch


Introducción


Parte 1: Los primeros pasos

Parte 2: Presuntamente violento

Parte 3: Damas peligrosas

Parte 4: La caída de un canalla

Obdulio Varela: El reposo del Centrojás


Introducción


El detective Giorgio Bufalini y la muerte de Venecia

Introducción


Artículo

Gatica: Un odio que conviene no olvidar


Introducción

Artículo

Rebeldes, soñadores y fugitivos (1988)

A sus plantas rendido un león (1988)

Una sombra ya pronto serás (1990)

El ojo de la patria (1992)

fragmento

Cuentos de los años felices (1993)


Mecánicos


El hijo de Butch Cassidy

La hora sin sombra (1995)


romi

miércoles, 28 de julio de 2010

Mira la Luna




                                    
                          Mira la luna ¡qué triste!

no es la misma luna

ni nosotros somos los mismos.

Hasta ayer, yo tenía la lluvia, el sol

el aire que se cargaba de tu perfume.

Tu tenías la mirada llena de sueños,

el silencio insolente de tu juventud

y nuestra explosión de cafés a media luz.

Pero… ¿para qué contarte estas cosas?

Yo no soy Dios

no tengo ningún poder para modificar el destino

porque yo sé

que las estrellas que parecen tan cercas

no será porque estire mis manos

las pueda tocar.

Hoy hay un café frío en la mesa

una caja de té de menta olvidada

y la memoria que se baña entre colillas de cigarrillos.

Yo sé, el tiempo es un largo recuerdo

¿Qué fue lo que hicimos?...

Mira la luna ¡qué triste!

ya no es la misma luna

ni nosotros tampoco somos los mismos.


Juan Carlos Alarcón


Dedicado a RM


Enlace http://www.cara-o-cruz.com/

martes, 27 de julio de 2010

El progreso y sus prisas

Todavía no cae el sol en una de esas tardes por demás sofocantes, propias del irritante verano que se vive año a año en un pueblito cercano a Campo Gallo.



Y ahí está él, sosegado a la sombra de la que parece ser la única planta capaz de soportar aquel estío. Muy joven aún, aparenta no tener muchas expectativas ni inquietudes, más que sentarse a reposar y contemplar apacible el pobre espectáculo que brinda cada tanto algún huayramuyu (pequeño viento arremolinado) levantando algo de tierra y haciendo mover las ramas de los arbustos. Parece ser ésta la única distracción aparente del lugar.


Podría decirse que “el interior” aún tiene esas cosas. Gente paciente, casi ignorante de las virtudes entre comillas que tiene el progreso y “sus prisas”. Por cierto, es éste el único modo que conocemos algunos –me refiero a la prisa, al apuro, al desvelo- como medios ineludibles que debemos emplear para poder crecer a fuerza de sacrificio y obtener algún día esa ansiada recompensa que nos ofrezca tranquilidad y plenitud, entre otras cosas.


Y Ahí está todavía, como a la espera de algo que nunca llegará. O pensándolo bien, disfrutando de eso que se halla presente y que todavía abunda en ciertos lugares: aquella misma tranquilidad y plenitud que tanto nos esforzamos en conseguir.


Los días son cada vez más cortos, la vida se ha tornado más rápida. Las primaveras pasan casi desapercibidas por la dureza de los crudos inviernos que acontecen en el alma de las personas. No ha quedado tiempo para dedicar –al menos un instante- a esos pequeños detalles que hacen que el sol de la mañana asome de manera diferente por la ventana de todos los días.


La relación entre el tiempo, la naturaleza y el hombre ha cambiado…



Anònimo

Letra y poesia en el tango


Por ser una música nacida y desarrollada en ambientes populares el tango ha recogido en sus letras las más diversas motivaciones temáticas que van desde lo prostibulario en sus inicios a fines del siglo XVIII, hasta la infancia en la escuela.

También es posible recoger en sus letras a­lu­sio­nes directas o referencias indirectas a lugares, pa­sa­jes, calles, bares, peringundines, malevos, mato­nes, cuchilleros, hombres de avería o mujeres de la vida y de la noche, como también a las jóvenes que dejaron el barrio para intentar lograr en el trocen y la vida abacanada, alejarse de las miserias impuestas por el taller, lavaderos, trabajos a domi­ci­lio, esperando siempre de un hombre bueno para casarse, pero que, como ellas, estaba supeditado a los magros salarios y los vaivenes de los trabajos inestables.


Hay también muchos temas que se refieren a la infidelidad del hombre y la mujer, al a­bandono de los hijos, por ir tras el dinero, en el ca­so de las mujeres o de las casquivanas en el caso de los hombres. Otros temas de las letras del tango son el fracaso material, tras largos años de trabajo honrado y esforzado.


No han faltado letras referidas a la muerte, fiestas patrias o reli­gio­sas, las reu­nio­nes sencillas y cálidas de la juven­tud, a las es­peran­zas puestas en las patas de un no­ble potrillo o el triunfo del club de fútbol prefe­ri­do.


Se puede decir que la vida toda, en sus más in­sig­nificantes manifestaciones, como en el altruis­mo o la vil bajeza, han encontrado letras y músicas para manifestarse. También las temáticas han ido des­­­de el farol esquinero testigo de largas y espe­ran­­­zadas esperas, hasta las luces deslumbrantes de Co­­rrientes y Esmeralda. No han escapado las nos­tal­­gias de los barrios, ya desfigurados por la ur­ba­ni­zación acelerada y creciente, como el culto a la a­mistad, la rebeldía ante las injusticias de la vida y todo aquello que signifique el torcer de los claros y benéficos destinos.

En la múltiple temática abarcada se incluyen lo social, político nacional, internacional, los ins­trumentos musicales considerados básicos para la ejecución tanguera como el violín, guitarra y ban­doneón, el club de barrio, los cabarets, o cotorros nim­bados siempre con un falso halo de bacanismo y perfumes de mujer.

En cuanto a la poesía es posible encontrar en los tangos letras despojados de ella, pues el len­gua­je es muy directo y no rimado. Son palabras que expresan el sentir sin necesidad de detenerse en formas académicas o responder a corrientes li­terarias consagradas por el academicismo. De allí se puede llegar a lo opuesto, o sea, letras muy bien rimadas, que respetan las reglas de la versificación clá­sica, pero no por ello, carecen de contenido espiritual conmovedor.


Muchas de las poesías consagradas en nuestra literatura han servido de apoyatura a letras de tan­go. A ello hay que agregar que no son pocas las com­puestas para integrar piezas teatrales referidas a lugares muy concretos de la ciudad (Arroyo Maldonado o el barrio de Flores o de las ranas, para dar ejemplos breves), en los que se recogen modismos muy propios de los escenarios físicos y personajes tomados como motivadores.

Hay en no pocas letras de tango lejanas y hasta larvadas influencias del cla­si­cis­­mo español de todos los tiempos, variando desde Calderón de la Barca hasta Federico García Lorca., pasando por las exhumaciones lingüísticas de Ramón Me­nén­dez Pidal.

Influencias de mayor o igual importancia se pueden encontrar de la poesía y el clasicismo francés, ingles, alemán y ruso, no faltando las notas significativas de El Corán, La Torá y otros libros sagrados, sin olvidar la Biblia cristiana y la anglicana.


También recoge en otras letras los mo­der­nis­mos circunstanciales im­pues­tos por las extre­mas ideologías como fueron a­nar­quismo, mar­xis­­mo, socialismo o conservado­ris­mo, que tomaron for­ma en los grupos literarios de Boedo y Florida. No escapan al incursionar en las letras de tango las poesías de los bohemios del Café de los Inmortales o de las numerosas peñas literarias reunidas en el Café Tortoni o circunvecinos, muchos de los cuales publicaron antes en la Revista Proa


Hay, como corresponde a una producción po­pular y no elitista, escritores desprolijos y otros me­surados, cuidadosos y medidos. Pero de todos falta un estudio antropológico de sus raíces paternas, los estudios de ellos y de los propios, las ocupaciones de ambos y los barrios en los que vivieron, qué medios de vida tuvieron, En suma, falta hacer un verdadero trabajo arqueológico en la vida y el pasado de cada compositor de letras y de músicas.




Fragmento del libro : BREVE HISTORIA DEL TANGO de ANDRÉS CARRETERO



romi

Bichito de luz



Ella es una bolita de cristal, envuelta en celofán, tierna como la infancia, con la ilusión de la inocencia. Es el color, el perfume de amor. Es traviesa, muyy traviesa... es un bichito de luz, es hermosa. Ella es dulce de caramelo, es la ola que pasea por la orilla, un bello crepúsculo, la aurora y el rocío. Si está triste, me abraza, cuando está alegre me atrapa, siento que me necesita y yo a ella.
Al despertar es un torbellino agradable, incapaz de aquietar, tiene tanta vida.
Juguetona igual que un gatito, es mi amuleto. Le pregunto cuanto me quiere y estira sus bracitos rodeando su cuerpo de cometa, siempre vuela a mi lado, su risa es mi brisa, su llanto, me duele tanto.
kuki es su perrita, su fiesta, su jardín, la aventura, su amiga, corren inseparables entre flores silvestres, es la naturaleza, su frescura me da lo mas parecido a la felicidad. Romi es mi brote, mi raíz, su piel es suave, transparente de terciopelo, , ella es mi luz, mi utopía, la llevo de noche y de día.
Duerme con las manitas bajo el hoyuelo de su mejilla sonrosada y cubiertas de pecas, sólo con mirarla respiro contento, porque resplandeciente, imagino su sueño mágico de peluche y la calma que me ofrece su sosiego.
A veces me pide que le explique un cuento, me encanta tumbarme en su rincón con su duendecillo, al calor de su cariño, es la terapia que empequeñece mi angustia. Comienzo el relato interrumpido a menudo por una pregunta, o por que dice que no es así, entonces ella me lo cuenta con inventiva y a mí me entra el sopor de la paz,
Inteligente, sus ojitos grandes verdes,.. son curiosos y su imaginación desbordante, sensible remolino, llena de energía, de impaciencia, de búsqueda. Empieza a escribir garabatos; pinta y dibuja con colores de fábula. ¡Papi, mira!,me dice orgullosa mientras me enseña su trabajo para que la felicite, es mi niña inquieta y si le pregunto la edad, me la dice, al tiempo que abre los deditos de su mano. Ella es una caricia, mujercita de pastel de fresa, de limón…ángel maravilloso danzando entre nubes de algodón de azúcar, ella es mi hija, mi adorada razón y el brillo de la luciérnaga en la enmascarada oscuridad del camino.


Para vos hija

Andrès



Esto es algo hermoso que guardo de peke,  lo escribiò mi papà para mì....claro es "Mi papà.....por eso puso tantos sentimientos, gracias pa....te amo
 
 
 
romi

lunes, 26 de julio de 2010

La Literatura en la Edad Media


1. Los primeros siglos de la Edad Media y en los dominios del antiguo Imperio Romano se sigue utilizando el latín pero fragmentado en lenguas romances. Esta es la razón por la que la literatura en lengua romance no se desarrolla hasta el siglo XI.


2. La narración es la forma de discurso que primero aparece en la vida de las personas y de los pueblos. Las sociedades primitivas inmortalizan las hazañas de sus héroes y antepasados cantándolas en forma de poemas épicos (epopeyas, cantares de gesta o romances) y que se denominan Mester de Juglaría (Siglos XI al XIV).

3. Junto a los castillos, en los monasterios surge una literatura religiosa que ya no se transmite oralmente como la épica sino a través de la lengua escrita: el Mester de Clerecía.

4. Existio el tono popular en lo literario, es decir, tanto en la Épica como en la Lírica y en el Teatro medieval hay indicios de una génesis y lenguaje populares.

5. Carácter anónimo o colectivista: La gran mayoría de las obras medievales son anónimas, tanto en la Literatura como en Arquitectura.

6. La literatura se caracteriza por la huida de la realidad cotidiana y el realismo, aun empleando un estilo sublime.

7. Los géneros literarios se clasifican así:
- Iglesia: Literatura religioso-moral.
- Nobleza:
a. Aristocracia guerrera: Gestas o Cantares Épicos.
b. Cortesana y caballería: Novelas de aventuras y de amor.
c. Burguesa: Poesía y Cuento satírico.
- Pueblo: Romances y Leyendas.


En la Edad Media comienza la Literatura Española con obras de carácter lírico: las jarchas, procedentes de la cultura árabe y de su Literatura. Esto ocurría hasta el siglo XI. Después comienza, con influencias germánicas y francesas, la Literatura Épica: los Cantares de Gesta y los Romances.


Los Cantares de Gesta son obras narrativas en verso en que se cantan las hazañas de una persona o de un grupo colectivo de personas (un pueblo, una raza). Son obras que se basan en hechos históricos y tienen intención didáctica (enseñan unos hechos, los llevan al conocimiento del pueblo) y se transmitían oralmente. Estos Cantares eran recitados o cantados por juglares, y por esto el conjunto de autores dedicados a transmitir estas formas literarias se denominaba oficio o Mester de Juglaría. En el siglo XII Cantar de Gesta más conocido es el Poema de Mío Cid.
El Poema de Mío Cid es el más antiguo de los Cantares de Gesta, conservado hoy casi íntegramente.



romi

Los caminos de la literatura

Una vez pregunté que significaba la literatura y mas o menos me respondieron esto.

Son los sueños que se reflejan en el brillo de tus verdes ojos de niña. Es la biblioteca del alma que expone nuestras miradas por estricto orden de desconcierto. Es aquella carta de amor que todavía no encuentra palabras ni tiempo. Es lo que está mucho más allá de la Academia y su doctorada cofradía. Literatura son los recuerdos de un incierto resplandor futuro. Es el suave tacto de un abecedario imposible. Literatura es la combinación infinita de tus gestos, y mi desasosiego. Literatura es pensarte, sin afeites ni amanerados remilgos.


Literatura es releer en tu voz el cuerpo de todas las demás palabras que han sido. Es el deseo urgente de tu presencia. Es cada uno de los sauces que habitan tu mansedumbre. Es el milagro que nos lleva de uno a otro confín. Literatura es la suma de cada uno de nuestros elocuentes silencios. Es tomar la poesía al vuelo, e ir cobrando paulatinamente más altura. Es la gramática de nuestras vidas. O es aquel paseo a orillas del río , flanqueados por la proeza de la luz entre la arboleda.


Literatura es tomarte de la mano y sentir, absorto, el amparo de la belleza. Es conjugar el verbo creer en sus diversos tiempos y modos. Es el catálogo de los siglos, la Historia universal de su prodigio. Literatura es un instante infinito. Es la inspiración de la experiencia. Literatura es, incluso, el fútbol de los domingos. Es no acostumbrarse a la vida, ni a sus argucias o exequias. Literatura significa interiorizar el meollo de una realidad demasiado propensa al fetichismo y a la patología. Es memoria y magisterio, en su líquida nostalgia de tinta.


La literatura es el cauce por el que discurre la reflexión del sentimiento y el sentido de la razón. Es una historia de amor que no termina nunca (por nuestro propio bien). La literatura alcanza su cenit después de leída la última página, en la meditación de su despedida. Es la certidumbre del espíritu, testimonio de una realidad en constante ebullición. Es un lenguaje escrito en el remolino del olvido. La literatura es la desgarradura del dolor, su mordedura. Es verso y prosa, maravilla y amargor, entretenimiento y sublimación



romi

domingo, 25 de julio de 2010

Me enamorè un otoño



Tenía 14 años disfrutaba de todo lo que pasaba por mi lado, tambien pasaba por días y momentos de desazón.
Mi historia transcurrió en el patio de mi escuela secundaria, buenas calificaciones, charlas con amigas. Alli tambien fue que me enamoré de Luciano, un chico que cursaba más adelantado, el tenía 16 años
Por las noches en mi cuarto, tomando un matecocido acompañado de pan casero hecho por mi abuela, pensaba en algo que me diera fuerzas para continuar con la realidad.’
 Me habìa enamorado y el chico ni me miraba...mi mamá ya no sabía que hacer conmigo...ni de que forma hacerme entender de que el amor es hermoso...y no tenía que sufrir
No sabía que para enamorarse se necesitaba de una estrategia, para buscar momentos justos para que cupido hiciera algo en el corazón de Luciano..
Mi cuarto siempre fue el vivo retrato de mi personalidad, , fotografías colgadas en las paredes, cuadernos con poesias de amor, souvenirs de cumples de mis amigas, disfrutaba de ese pequeño mundo, por momentos desprolijo, hasta que llegaba mi madre a poner orden.
Siempre recordando mis dias cuando era pequeña en 9 de julio en casa de mis abuelos, travesuras, subida a los arboles; luego ya era una adolescente que soñaba con el amor y quizás todavía no sabía bien que significaba , tambien compartiendo con mis amigas fieles lindos momentos
En una pared tenía colgado un pizarrón allí pinchaba con chinches la lista de posibles libros y cd que irìa comprando, en mi mesita de luz fotos de mis seres queridos y algún que otro adorno , mis preferido los que màs encantaban, en el armario cajas con objetos viejos pero con mucho valor personal, en el escritorio un perfume suave esperando ser usado….
Tirada sobre mi cama, abrazando la almohada recordaba al chico que quería. Imaginaba cómo serian esos momentos en que caminaríamos de la mano: ¿habrá besos, abrazos, palabras, miradas algo celosas?

Según mi amiga Sofìa, era desatinado estar pensando todo el tiempo en él, debía aterrizar, sentar cabeza y con un toque de imaginación conquistarlo…fuè ahí que nos pusimos mano a la obra a ver la forma de hacerlo.no hacía caso de consejos, sabía que eran correctos, pero seguí actuando como mi corazón lo indicaba, como las leyes de la esperanza lo ordenaban, como la imaginación lo anunciaba.
Entre las hojas de mi cuaderno llevaba una lista de frases. Todo ese día me la pasé ideando la forma para entregársela: ¿qué decir cuando le diera la carta? ¿qué figura tomar para dirigirle un gran discurso de amor? pero el subconsciente me tenía nerviosa, por dentro estaba nerviosa, impaciente de verlo, por encontrarme frente a èl y darle el obsequio y decirle: me gustas, te quiero, qué te parece tomamos algo....para hablarte de mi amor, ayyy dios mio que terrible era, tenía solo 14 años...

Recuerdo esperaba las clases de inglés para verlo, porque el era dos años mas grande que yo, cuando volvia a casa llegaba abatida, mi papa me decia romi…deja pasar el tiempo… y yo me preguntaba porque? Y tambien pensaba ¿Qué será el amor? ¿Cuál será la fórmula mágica para alcanzar el querer de alguna persona? ¿Cuánto tiempo debe pasar para que uno de los dos se de cuenta de que necesita de los abrazos, de los besos, de las palabras, de la compañía del otro?
El fin, no era pasar una vida juntos, sino dar en el presente los sentimientos místicos que necesita la otra persona.
Mi historia quizás hubiera sido escrita por Shakespeare, Lope de Vega, García Márquez o por el Marqués de Sade, con un espíritu desinteresado, de inmenso cariño, de momentos cotidianos, de aventuras por la vida, de una vida con sueños. que puede tener una chica de 14 años....

""El amor provocará reacciones de conflicto entre tù cerebro y tù corazón, también se marchará y pasado el tiempo, cuando conozcas a otro chico volverá, me decía mi padre...romi...aùn sos pequeña...la vida te tiene preparadas tantas historias de amor. ""

Esos días del otoño fueron raros. Las hojas todavía no empezaban a caer, el cielo estaba nublado había una tenue llovizna típica de abril-, el calor no dejaba concentrarse en mis pensamientos. Y pensé mejor pensar que color pintar mi cuarto, tratar de encontrar algo para olvidar, simpre me gustaron los colores vivos de muchos colores…pero en ese momento pedí que lo pintaran de blanco…
Tenía lectura pendiente, era mejor soñar. y no ver la realidad, ese otoño lo disfruté con sueños. Sueños del pasado, de las acciones del mañana, del amor que algún día llegará, de los triunfos que están por venir. Sueños en los que descubrí que amaba a Luciano
Todo el tiempo me pase escribiendo, para él, para mí, para todos, "para nadie " la primavera llegó y sigo trazando palabras aunque ya no está, porquè en ese otoño me enamoré de él "

Queria compartir.....esto que escribì recordando mi historia de amor..
 
 
 
romi

viernes, 23 de julio de 2010

TODO ERA AMOR



                                   ¡Todo era amor... amor!

No había nada más que amor.

En todas partes se encontraba amor.

No se podía hablar más que de amor.

Amor pasado por agua, a la vainilla,

amor al portador, amor a plazos.

Amor analizable, analizado.

Amor ultramarino.

Amor ecuestre.

Amor de cartón piedra, amor con leche...

lleno de prevenciones, de preventivos;

lleno de cortocircuitos, de cortapisas.

Amor con una gran M, con una M mayúscula,

chorreado de merengue,

cubierto de flores blancas...

Amor espermatozoico, esperantista.

Amor desinfectado, amor untuoso...

Amor con sus accesorios, con sus repuestos;

con sus faltas de puntualidad, de ortografía;

con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.

Amor que incendia el corazón de los orangutanes,

de los bomberos.

Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,

que arranca los botones de los botines,

que se alimenta de encelo y de ensalada.

Amor impostergable y amor impuesto.

Amor incandescente y amor incauto.


Amor indeformable. Amor desnudo.

Amor amor que es, simplemente, amor.

Amor y amor... ¡y nada más que amor
 
Oliverio Girondo
 
 
romi

Oliverio Girondo


Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una familia adinerada que le procuró una esmerada educación en importantes centros educativos europeos.


Estudió Derecho, y muy pronto, a raíz de sus contactos con los poetas exponentes de la vanguardia europea, publicó en 1922 su primer libro de poemas, «Veinte poemas para ser leídos en el tranvía», seguidos luego por «Calcomanías» en 1925, «Espantapájaros» en 1932, «Persuasión de los días» en 1942, «Campo nuestro» en 1946 y «En la masmédula» en 1954, obra que constituye en su trabajo más audaz en el campo de la poesía.

Al iniciarse la década de los años cincuenta, guiado por su interés en las artes plásticas, incursionó en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo conocimiento de la pintura francesa.


En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas. En 1965 viajó por última vez a Europa y a su regreso a Buenos Aires, falleció en 1967.

La obra de Girondo se ordena así como una solitaria expedición de descubrimiento y conquista, iniciada bajo un signo diurno, solar, y que paulatinamente se interna en lo desconocido, llega a los bordes del mundo, una travesía en la que alguien, en su conocimiento deslumbrado de las cosas, siente que el suelo se hunde bajo sus pies a medida que avanza, hasta que las cosas mismas acaban por convertirse en las sombras, de su propia soledad.



Intensa y breve, esta obra posee una característica especial: se despliega en una especie de ininterrumpida ascensión, en un proceso que culmina en un punto de incandescencia máxima: su último libro. Un estallido final, un gran reverbero que concentra en un foco único todos los fuegos anteriores. En otros autores también sus libros suelen sucederse a distintos niveles, pero el máximo se encuentra a veces al comienzo o en medio, seguido con frecuencia de otros menos significativos. La obra de Girondo tiene un sentido vertical, constituye así una especie de accésis. Y su vértice excede tanto las medidas corrientes que pasará aún mucho tiempo antes de que se le haga justicia en toda su vertiginosa dimensión.


Viajero incansable



Cuando en 1923 integra la redacción de la revista Proa, Oliverio acababa de regresar de Europa con sus Veinte poemas... en el bolsillo. Desde pequeño había realizado frecuentes viajes a Europa con sus padres y estudió en el colegio Epsom de Londres y luego en la escuela Albert Le Grand, de Arqueil. Refiere Ramón Gómez de la Serna que desde allí lo expulsaron después de tirarle en la cara un tintero a su profesor de geografía que pocos minutos antes se había referido frente a sus alumnos a los antropófagos que vivían en Buenos Aires, capital del Brasil. Al terminar la escuela secundaria, Girondo le promete a sus padres recibirse de abogado (carrera que jamás ejerció) si éstos a su vez le garantizan un viaje a Europa cada año. De esta manera conocerá Francia, Italia y España e, interesado seriamente por la paleontología y la etnografía, viaja por Egipto y luego por todas las repúblicas americanas del Pacífico.


De uno de sus viajes por Europa, en 1926, Girondo regresa con una importante y oscura barba de gaucho y en Buenos Aires, en un almuerzo que dan los martinfierristas en honor de Ricardo Güiraldes, lo espera una mujer, Norah Lange. Cuentan que cuando intentó sacarse la barba, el peluquero se resistió, y entonces Oliverio nunca más repitió el intento. Por esos años, Norah había regresado de Noruega y publicaba su libro 45 días y 30 marineros. Ambos hacen una fiesta donde Girondo le fabrica un traje de sirena pero con las escamas al revés. Desde entonces Norah, su "angelnorahcustodio", y la barba serán los incesantes compañeros del poeta.


Más allá de ese estilo de niño bien un poco provocador, Girondo irá alejándose del esnobismo y de las luces de artificio que caracterizaron a cierto sector de la vanguardia, para convertise en un personaje prescindente, antisolemne, antiacadémico. Maestro de las jóvenes generaciones de poetas, su estilo se emparenta con el de Macedonio Fernández, a quien lo une un gran amor por los disparates lógicos
La poesía como forma de conocimiento



Se pueden leer en la poesía de Girondo tres momentos fundamentales. Como verdadera ópera prima, los Veinte poemas... inauguran una poesía vital, llena de un entusiasmo celebratorio que parece responder al imperativo de la vanguardia de unir arte y vida. Muchos de sus poemas podrían funcionar como un manifiesto futurista, a partir de su desprecio por los valores consagrados y de su irreverencia religiosa. Pero hay algo más: a partir de esta poética de lo provisorio y de un uso ajustado del montaje cubista, se desmantela la linealidad cronológica de los cuadernos de viaje a favor de una lírica urbana que ubica la ciudad como centro.


El cosmopolitismo, la carnavalización de la que habla Jorge Schwartz en sus estudios críticos, permiten que el turista burlón salte de Bretaña a Brest, de Venecia a Buenos Aires o Sevilla y pueda maravillarse por las chicas de Flores, que "tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas de la Confitería del Molino y usan moños de seda que les liban las nalgas con un aleteo de mariposa". La centralidad del elemento visual (muy importante tanto en las preocupaciones teóricas de Girondo como en la integración del dibujo en los procesos de composición) se combina con una poética de lo provisorio donde parece cumplirse el mandato del epígrafe del libro: "Ningún prejuicio más ridículo que el prejuicio de lo sublime". De esta manera, la humanización de los objetos y la novísima centralidad que se le otorga a lo urbano, ya sean sus calles, los medios de transporte, los espacios públicos, los cafés y las milongas, permiten articular una estética profundamente antirromántica e innovadora.


Espantapájaros, de 1933, un segundo momento en la poesía de Girondo, que comienza ahora a situarse entre la tierra y el sueño, y donde los protagonistas ya no serán más las cosas sino los mecanismos psíquicos, los instintos. El absurdo surge aquí del sinsentido de una realidad impenetrable, donde el sujeto se astilla en miles de fragmentos: "Yo no tengo una personalidad; soy un coctel, un conglomerado, una manifestación de personalidades".


Sin embargo, es En la masmédula, de 1956, donde la experiencia con el lenguaje alcanza momentos inigualables en la poesía latinoamericana, sólo comparables a los de Trilce, de César Vallejo. Girondo se instala aquí en un universo verbal absolutamente propio y deja un legado único, exquisito, en la poesía en lengua castellana. Con el correr de los años, con el riguroso trabajo sobre la lengua, llega el cansancio, pero también la lucidez que produce el acercamiento de la muerte, como en "Noche Tótem": "Los idos pasos otros de la incorpórea ubicua también otra escarbando lo incierto/ que puede ser la muerte con su demente célibe muleta/ y es la noche/ y deserta".



romi

Edgar Allan Poe...una vida tortuosa


El 6 de octubre de 1849 el vigilante del embarcadero de Baltimore vio llegar a una extraña figura: era un pobre diablo vestido con unos harapos desgarrados y afectado de escalofríos y debilidad. Pretendía dejar su escaso equipaje en el embarcadero, ya que por la mañana debía salir hacia Filadelfia. Luego, el vigilante vio como aquella triste figura se decidía a entrar en una de las tabernas del puerto. Ahí, seguramente encontró antiguas amistades que lo entretuvieron.


Por la mañana, semiinconsciente y tendido en medio de la calle como un perro moribundo, el vigilante se encontró con aquel viejo que apenas tenía cuarenta años. No tenía documentación, ni dinero y todo el mundo ignoraba su nombre, por lo cual fue trasladado anónimamente a un hospital. En medio de terribles delirios alcohólicos e incesantes imágenes de horror, murió, al día siguiente. «Así desapareció de este mundo uno de los mayores héroes de la literatura, el hombre de genio que había escrito, en El gato negro, estas fatídicas palabras: ¿Qué enfermedad hay comparable al alcohol?». Lo dijo Charles Baudelaire. El indigente era Edgar Allan Poe.

Poe vivió una vida tortuosa marcada por el dolor, dolor que nacía de su ánima melancólica y depresiva que buscó refugio en las drogas y el alcohol. Todavía hoy se discute acerca de las causas de su muerte: si fue una diabetes, si fue alguna deficiencia enzimática, si fue la rabia, etc. Seguramente su cuerpo, y su mente, demasiado cansados para seguir hacia delante, simplemente dijeron basta, hasta aquí llego, y se rindieron a aquel enemigo que ya le había atacado otras veces: el delírium tremens. Poe fue un adicto al láudano ¿a parte del alcohol?, como Coleridge, su admirado maestro y, también, su modelo en psicopatología. Su tío, en el momento del sepelio, declaró: «Había conocido tanto dolor y tenía tan pocos motivos para sentirse satisfecho con la vida, que este cambio apenas si puede considerarse una desgracia».

A pesar de lo que se pueda pensar, empero, el alcohol no perjudicó su labor literaria. Todo lo contrario, parece como si sus mejores obras ¿es el caso del poema El cuervo? siempre hubieran ido acompañadas de una crisis alcohólica. El alcohol era el alimento de su imaginación, el billete de ida a ese mundo de ultratumba que ilustran sus escritos. El camino más directo al infierno sobre el cual tanto escribió.


Jorge Luis Borges se ha referido a la importancia de sus desórdenes neurológicos, provocados por sus excesos, en la génesis de su obra: «La neurosis de Poe le habría servido para renovar el cuento fantástico, para multiplicar las formas literarias del horror. También cabría decir que Poe sacrificó la vida a la obra, el destino mortal al destino póstumo [...] Sin la neurosis, el alcohol, la pobreza, la soledad irreparable, no existiría la obra de Poe. Esto creó un mundo imaginario para eludir un mundo real; el mundo que soñó perdurará, el otro es casi un sueño».


Más allá de la policíaca, la narrativa de terror ha sido la que ha dado a Poe su fama. El cine se ha hartado de hacer adaptaciones: desde la magnífica La caída de la casa Usher (1928) de Jean Epstein, hasta las menospreciables versiones pseudoeróticas del último Roger Corman, pasando por Los crímenes de la calle Morgue (1932), Satanás (1934), El cuervo (1935), El péndulo de la muerte (1961), Historias de terror (1962) o La máscara de la muerte roja (1965), donde desfilan actores de la talla de Bela Lugosi, Boris Karloff, Vincent Price o Peter Lorre, entre otros. De entre todas ellas destaca, por méritos propios, La obsesión (1963) del primer ¿imejor? Roger Corman, adaptación del relato de Poe El entierro prematuro.


El entierro prematuro trata de una de las fijaciones en la literatura poeniana: el miedo a ser enterrado en vida. «El enterramiento en vida es sin duda el más aterrador de esos extremos que nunca ha golpeado la suerte de la mera mortalidad», dijo Poe. El gato emparedado en El gato negro o el pobre Fortunato de El barril de amontillado son buena muestra del interés por el tema. Poe, que en palabras de Baudelaire bebía «como llevando a cabo una misión suicida, como si hubiera en él alguna cosa que matar, a worm that would not die», caminaba entre los vivos, ciertamente, pero su alma alcoholizada deambulaba por mundos infernales de los cuales sólo emergía esporádicamente para traernos sus historias, pedazos de su tormento. Baudelaire nos estremece cuando afirma, lleno de razón: «Una parte de lo que hoy nos hace disfrutar de él es lo que le mató».






romi

EDGAR ALLAN POE


Edgar Allan Poe es considerado como uno de los más brillantes escritores americanos y como el padre de la historia detectivesca moderna. Fue poeta, prosista, periodista y crítico.....


Boston, EE UU, 1809-Baltimore, id., 1849) Poeta, cuentista y crítico estadounidense. Sus padres, actores de teatro itinerantes, murieron cuando él era todavía un niño. Edgar Allan Poe fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación.

Después de regresar a Estados Unidos, Edgar Allan Poe siguió estudiando en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 su afición al juego y a la bebida le acarreó la expulsión. Abandonó poco después el puesto de empleado que le había asignado su padre adoptivo, y viajó a Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (Tamerlane and Other Poems, 1827).


Se alistó luego en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y obtuvo, por influencia de su padre adoptivo, un cargo en la Academia Militar de West Point, de la que a los pocos meses fue expulsado por negligencia en el cumplimiento del deber.


En 1832, y después de la publicación de su tercer libro, Poemas (Poems by Edgar Allan Poe, 1831), se desplazó a Baltimore, donde contrajo matrimonio con su jovencísima prima Virginia Clem, que contaba sólo catorce años de edad. Por esta época entró como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, y más tarde en varias revistas en Filadelfia y Nueva York, ciudad en la que se había instalado con su esposa en 1837.

Su labor como crítico literario incisivo y a menudo escandaloso le granjeó cierta notoriedad, y sus originales apreciaciones acerca del cuento y de la naturaleza de la poesía no dejarían de ganar influencia con el tiempo. La larga enfermedad de su esposa convirtió su matrimonio en una experiencia amarga; cuando ella murió, en 1847, se agravó su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas, según testimonio de sus contemporáneos. Ambas fueron, con toda probabilidad, la causa de su muerte.


La obra de Edgar Allan Poe


Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. Las campanas (The Bells, 1849), que evoca constantemente sonidos metálicos, Ulalume (1831) y Annabel Lee (1849) manifiestan idéntico virtuosismo.


Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.


El Valle De La Inquietud

de Edgar Allan Poe

HUBO aquí un valle antaño, callado y sonriente,

donde nadie habitaba:

partiéronse las gentes a la guerra,

dejando a los luceros, de ojos dulces,

que velaran, de noche, desde azuladas torres,

las flores, y en el centro del valle, cada día,

la roja luz del sol se posaba, indolente.

Mas ya quien lo visite advertiría

la inquietud de ese valle melancólico.

No hay en él nada quieto,

sino el aire, que ampara

aquella soledad de maravilla.

¡Ah! Ningún viento mece aquellos árboles,

que palpitan al modo de los helados mares

en torno de las Hébridas brumosas.

¡Ah! Ningún viento arrastra aquellas nubes,

que crujen levemente por el cielo intranquilo,

turbadas desde el alba hasta la noche,

sobre las violetas que allí yacen,

como ojos humanos de mil suertes,

sobre ondulantes lirios,

que lloran en las tumbas ignoradas.

Ondulan, y de sus fragantes cimas

cae eterno rocío, gota a gota.

Lloran, y por sus tallos delicados,

como aljófar, van lágrimas perennes


romi

jueves, 22 de julio de 2010

Piedritas en la Ventana





De vez en cuando la alegría

tira piedritas contra mi ventana

quiere avisarme que esta ahí esperando

pero me siento calmo

casi diría ecuánime

voy a guardar la angustia en un escondite

y luego a tenderme la cara al techo

que es una posición gallarda y cómoda

para filtrar noticias y creerlas

quien sabe donde quedan mis próximas huellas

ni cuando mi historia va a ser computada

quien sabe que consejos voy a inventar aun

y que atajo hallare para no seguirlos

esta bien no jugare al desahucio

no tatuare el recuerdo con olvidos

mucho queda por decir y callar

y también quedan uvas para llenar la boca

esta bien me doy por persuadido

que la alegría no tire mas piedras

abriré la ventana.

Mario Benedetti






romi

domingo, 18 de julio de 2010

Literatura de arrabal




Dicen, (estudiosos de la música ciudadana) , que la palabra tango es anterior al baile y que por el año 1803 figuraba en el diccionario de la Real Academia Española como una variante del tángano, un hueso o piedra que se utilizaba para el juego de ese nombre. Pero ya en 1889 la institución normativa de la lengua incluía una segunda acepción del tango como "fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América". Sin embargo, debieron pasar casi 100 años para que el diccionario definiera al tango como "baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente".


Otros estudiosos de la música ciudadana argumentan que el vocablo es propio de las lenguas africanas que llegaron con los esclavos al Río de la Plata y cuyo significado sería "lugar cerrado".

Es muy probable que tango sea una voz de origen portugués introducida en el nuevo continente a través del dialecto criollo afro-portugués. Al comparar tango y tambo, Blas Matamoro afirma que ambas son onomatopeyas del tam-tam o candombe utilizado en los bailes negros. Más aún, en dialecto bozal la expresión era "tocá tango" o "tocá tambó" (toca el tambor) para iniciar el baile. El lugar de reunión de los esclavos, tanto en África como en América, era llamado tango.

Y así nombró Buenos Aires a las casas de los suburbios donde, a comienzos del siglo XIX, los negros se encontraban para bailar y olvidar temporalmente su condición.


DESDE EL PRINCIPIO.

De fecha imprecisa y origen aún más incierto, hay teorías que remiten a sus raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Lo cierto es que a mediados del 1800, los conocidos conventillos de la pujante ciudad de Buenos Aires se llenaban de paisanos del interior, "gringos" recién bajados del barco y varios porteños de pocos recursos que, quizás para diferenciarse o para generar arraigo, marcaron con impulso propio las nuevas expresiones populares.

Mezcla de códigos cerrados y con lenguaje particular, el tango germinaba en las casas de baile, orillaba el Riachuelo, los boliches de carreros y cuarteadores, los conventillos del barrio sur. Por esos años, muchos de los inmigrantes venían solos y las pocas mujeres que venían se encontraban en las academias o en las casas de citas.
La Buenos Aires de los '80 poco a poco se descubría en las academias y en los teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron a cantar y bailar tango.

Las academias, también llamadas peringundines, funcionaban sólo bajo autorización en los suburbios o barrios alejados del centro y, si bien en principio eran sólo para hombres, después incorporaron mujeres contratadas para bailar.

Los guapos, compadritos y malevos se encontraban en el Café Sabatino, el Almacén de la Milonga y el Viejo Bailetín del Palomar. En los boliches de la calle Necochea de La Boca, empezaba a escucharse esta música alegre, juvenil y pícara que, bajo el ritmo del dos por cuatro, ejecutaban Rosendo Mendizábal, Eduardo Arolas, Angel Villoldo y otros autodidactas que componían sin conocer las partituras.

El tango dejaba de ser exclusivo del arrabal para internarse poco a poco en el centro de la ciudad. Los organitos callejeros lo difundían por los barrios donde era común ver parejas de hombres bailando en las calles.

Esencialmente porteño, muchos escritores consideran que el tango de finales del '80 combinaba varios estilos de música. En él estaría involucrada la coreografía de la milonga, el ritmo del candombe y la línea melódica, emotiva y sentimental de la habanera. Pero también recibió influencia del tango andaluz, del chotis y del cuplé, a los que se agregan las payadas puebleras y las milongas criollas.

Se cree que el primer compositor de tango fue Juan Pérez, autor del tango Dame la Lata. Sin embargo, es muy probable que hayan existido otros autores y canciones anteriores. Además de la obra de Pérez, las primeras composiciones fueron El Tero y Andate a la Recoleta.

Si bien sus orígenes todavía polemizan las mesas de café de los tangueros, no se discute el prestigio y reconocimiento que adquirió internacionalmente.
Como toda auténtica expresión artística, el tango desentraña nuestra inextricable condición humana, revelando el espíritu porteño. Quizás debido a esta verdad, vive en los barrios de Buenos Aires y en las academias de Japón, en las calles de París y en los centros culturales neoyorquinos.






romi